La Casa Blanca de la Finca Marqués de Valdecilla inaugura mañana la exposición de grabados “Los Caprichos” de Francisco de Goya de Caja Cantabria

Museo Marqués de Valdecilla

La Casa Blanca de la Finca del Marqués de Valdecilla de Medio Cudeyo acogerá hasta el próximo 5 de mayo, la exposición de la serie completa de grabados “Los Caprichos” de Francisco de Goya y los cuales pertenecen a la colección de Caja Cantabria. La muestra será inaugurada mañana, viernes, a las 19,30 horas con la presencia de la alcaldesa del municipio, María Antonia Cortabitarte, y el director de la Obra Social de Caja Cantabria, Juan Muñiz.

“Los Caprichos” lo componen una serie de 80 grabados, realizados por el pintor aragonés entre 1793 y 1796, tras muchos dibujos preparatorios, que representan una sátira de la sociedad española de finales del siglo XVIII, sobre todo de la nobleza y del clero. El artista muestra lo negativo de la sociedad, ridiculiza los defectos y los vicios, reproduce la prostitución, la brujería, el anticlericalismo, la injusticia social, el abuso de poder sobre los débiles, la ignorancia. En la primera mitad presentó los grabados más realistas y satíricos criticando desde la razón el comportamiento de sus congéneres. En la segunda parte abandonó la racionalidad y representó grabados fantásticos donde mediante el absurdo mostró visiones delirantes de seres extraños.

La muestra podrá visitarse los viernes, sábados, domingos y festivos en horario de 10,30 a 13,00 horas y de 16,30 a 19,30 h.

La Casa Blanca junto al resto de edificios de la Finca del Marqués de Valdecilla son espacios expositivos que se han rehabilitado y preparado a través del Plan de Dinamización de producto Turístico de Medio Cudeyo que cuenta con la cofinanciación del Ministerio de Industria, Energía y Turismo del Gobierno de España, la Consejería de Innovación, Industria, Turismo y Comercio del ejecutivo de Cantabria y el Ayuntamiento de Medio Cudeyo.

El Plan tiene como objetivo principal la mejora de la competitividad turística de Medio Cudeyo y su sostenibilidad económica, social y medio ambiental mediante el aumento de la calidad del medio urbano y natural del municipio, la ampliación y mejora de los servicios públicos, la adaptación a las tendencias de la demanda y la puesta en valor de nuevos recursos turísticos.

Goya, grabador
La genialidad artística de Francisco de Goya no puede entenderse sin su faceta de grabador. En sus grabados desarrolla toda una libertad imaginativa y una expresividad a veces mucho mayor que en la pintura. Goya empleará la aguja de grabar al aguafuerte, aunque no exclusivamente. Con ella raya la capa de cera que se encuentra sobre la plancha de cobre y después vierte ácido, que ataca el metal de la plancha al filtrarse por las hendiduras. Así, las cavidades de la plancha absorben la tinta que se traspasa al papel. El método del aguafuerte es el arte de hacer rayas. Quien quiera crear zonas oscuras ha de practicar las rayas muy cerca unas de otras, o tiene que cruzar unas por encima de otras. En Goya, sin embargo, aparecen superficies no rayadas, sino grises o negras. En sus retratos, Goya muestra a los ricos y a los poderosos, a los que marcan las pautas en el país y en la sociedad; son rostros que forman parte de su entorno, de su mundo exterior.

Goya vivió atormentado por la sociedad y la sátira a esta. Especialmente es dura la crítica contra los hidalgos. En esa época el mero hecho de que una persona pueda nombrar a sus ancestros se consideraba como pertenencia a la nobleza, lo que a su vez es suficiente para no trabajar, al menos manualmente. Casi el 15% de la población se consideraba parte de la nobleza y se sustraía al trabajo productivo. Goya los representa como burros, que ojean álbumes de familia donde sólo aparecen burros, o sentados sobre los hombros de los jornaleros, a quienes empujan hacia el suelo con su gran peso. También, en aproximadamente una docena de estampas, Goya ataca a frailes, clérigos, a los funcionarios de la Inquisición; para él son figuras a las que odia, mientras que él se sitúa claramente al lado de los ilustrados. Sobre todo le solivianta que los clérigos fomenten la superstición.